Por qué Conspiraciones Historicas
- Jaime Vergara
- 12 oct 2016
- 9 Min. de lectura
Una conspiración se considera generalmente, cualquier acuerdo secreto de un grupo de personas, organizaciones o sociedades ocultas con el fin de hurgar un plan o daño contra algo o alguien con fines netamente egoístas. En esta dirección, nos es posible adelantar que la historia de la humanidad, donde convergen tópicos antropológicos, políticos, religiosos, culturales, científicos, tal y como la conocemos ha sido diseñada y manipulada por estos grupos exclusivistas conforme a las exigencias de cada momento histórico; no resulta fácil admitirlo pero ellos mismos han elaborado una cuidadosa agenda desde hace siglos que contiene todo tipo de planes siniestros y estrategias (acordes a cada realidad) para establecer un avasallador dominio de las masas y así lograr sus objetivos ambiciosos de poder ilimitado tanto económico como político pero que al mismo tiempo subyacen todos los aspectos de la vida de la sociedad: tradiciones, cosmovisión, idiosincrasia, etc.

Toda conspiración es dirigida por una élite (generalmente los más acaudalados e influyentes) y organizaciones no-visibles al ciudadano común que manejan las riendas de la sociedad. Esto ha sido así desde los orígenes mismos de la humanidad. Y ello se ha debido que en todo momento, desde Sumeria (que la referenciaremos como cuna de la civilización), pasando por Egipto, Grecia y Roma hasta la actualidad un grupo de los mas “notables” hombres se han autoproclamados poseedores de la verdad y el derecho-muchas veces “divino” (el caso de las monarquías y el Vaticano) de “gobernar” a sus pueblos. Yo diría mejor subyugar.
Y, cómo comienza todo? Grecia no es precisamente el origen de las ideas políticas que conforman la relación de soberanos y gobernados, como lo conocemos por la historia oficial. No es allí donde se decide quien tendrá que gobernar ni por qué. Hay que retroceder muchos siglos atrás para constatar que la humanidad desde sus inicios ha obedecido a un patrón de gobernanza heredado de unos seres, venidos de las estrellas, quienes, no solo manipularon genéticamente al homínido, para obtener una versión híbrida del humano sino que esta nueva criatura deliberadamente iba a servirles para atender las necesidades materiales de esos alienígenas-no deseosos de hacer trabajos pesados; posteriormente se va desarrollando poco a poco un sistema de convivencia entre los que poseen el conocimiento de todo y los que carecen aún de criterio propio. Hablamos de los autollamados “dioses” sumerios, los creadores.

Aquí se pone en marcha distintos mecanismos de contrato, mediante el cual los “dioses” ofrecen sus favores (técnicas de cultivo, enseñanza de artes y manualidades, etc) a cambio de una irrestricta obediencia y sometimiento, además de exigirles inexplicables sacrificios sangrientos, como está constatado en el Pentateuco bíblico en el caso de las demandas del dios Yaveh a su pueblo
Una vez la recién creada raza humana creció en número y habilidades, se da inicio a una profunda transformación de las sociedades, llamadas primitivas, en todos los sentidos: los pueblos aprendieron la agricultura incorporando en los campos semillas traídas de otros mundos (tales como cereales, uvas, aceitunas, entre otros), fueron muy aplicados en la asimilación de la metalúrgica y elaboración de herramientas para su beneficio (el arado, armas, etc), llegaron a conocer los misterios del cosmos, elaborando complejos sistemas de reconocimiento de las constelaciones (en la actualidad se mantienen vigentes) y su influencia en el tiempo, inclusive pudieron elaborar códigos de leyes (Hammurabi), base fundamental para la jurisprudencia que conocemos hoy en día.
Ese conocimiento era dado por los dioses a los humanos, mas no exactamente como un acto de altruismo y consideración. No, había una clara contraprestación: la obediencia. Las originarias civilizaciones llegaron a entender que su sobrevivencia iba a depender de cómo se relacionaban con los dioses: si se les ofrecía lo que ellos pedían (sacrificios de animales y humanos) podían acceder al conocimiento que les proporcionaba las técnicas para lograr mejores cosechas. Había que apacentar la ira de las deidades, que de hecho fueron en extremo crueles con su propia creación.. Esta será, entre otras muchas, la razón del nacimiento de las religiones por todo el planeta.

Los humanos crean a sus dioses a imagen y semejanza (con sus pasiones, iras eran ademas violentos, vengativos, celosos, lascivos, etc), solo que tenían que reconocer que ellos eran dotados de “extrañas” habilidades y técnicas para someter al rebaño: rayos destructores, bastones de mando (podía ser un martillo como el de Thor en Escandinavia), misteriosos carros voladores y hasta poderosos artilugios que caían del cielo como “fuego y azufre” de arrasaban con poblaciones enteras, esto es reconocible tanto en los textos hindúes sagrados como en el Antiguo Testamento bíblico. Nace la mitología. Ahora a esos extravagantes seres- que siempre y en todas las culturas incomprensiblemente prohibían a los humanos la representación artística de los mismos se les llamarán dioses. A los humanos, esclavos.
Las religiones son mitologías mas articuladas a la forma de pensar de tal o cual pueblo: se adaptan a la percepción cultural en particular de acuerdo al medio ambiente, necesidades de supervivencia, grado de evolución de su conciencia, características genéticas, etc. Pero su naturaleza es la misma, independientemente de su entorno: poderoso instrumento ideológico de dominación y control de unos cuantos poseedores de “ciertas verdades” para doblegar el libre albedrio de las masas.

En el Edén bíblico se prohíbe al ser humano comer el “fruto” del conocimiento, el saber es un privilegio exclusivo de quienes de ahora en adelante nos gobernarán, quienes violen la disposición serán despreciados y finalmente castigados. El conocimiento de las ciencias es un anatema que lleva a la perdición del hombre por toda la eternidad- de acuerdo a los mismos textos “sagrados” quedando claro que o la creación fue muy defectuosa o el diseño era concebido para mantener a la humanidad lejos de la verdad, o en la ignorancia que es lo mismo. Quien nada sabe, nada reclama.
Que la ciencia, según la historiografía oficial, nace en Grecia es un malintencionado embuste. Mientras los helenos hacia el año 2.500 adc eran unas dispersas tribus primitivas, dedicadas al pastoreo, en condiciones únicamente de sobrevivencia, donde la esperanza de vida llegaba tan solo a los 25 años, en Egipto, Mesopotamia, Mesoamérica y Sudamérica para ese tiempo ya se habían erigido ciclópeas construcciones que incorporaban avanzadísimos conocimientos de: geología, ingeniería, astronomía, hidráulica, metalurgia, arquitectura, mineralogía y muchos más etc. En el siglo XXI, los científicos enmudecen cuando se les pide explicaciones de cómo, tribus salvajes, nómadas del desierto lograron esos portentos con apenas unas burdas herramientas y flojas cuerdas para el acodado.

Solo la gran pirámide de Giza es un completísimo entramado de laberintos, cámaras inexplicables, una construcción con alineaciones planetarias emplazadas en un terreno nivelado a la perfección contando de 2,5 millones de bloques de granito de un peso que oscila de 2,5 a 60 toneladas cada uno, que fueron transportados desde 900 kilometros, cortados impecablemente para ser ensamblados a la perfección, que su acomodo, con el correr de milenios no ha desestabilizado la construcción misma, aun mas, teniendo en consideración que no se usó mortero alguno, la presencia de sismos de la zona no ha alterado la estructura en milímetros
La ciencia moderna calla con una complicidad aterradora y se niega a explicarnos cómo es posible que aparezcan pirámides en todo el planeta con muchas similitudes de construcción inclusive con intrincados y hermosos diseños como las pirámides de Mesoamérica, los zigurats sumerios, los templos hindúes, indonesios, cambodianos etc. Levantados en una época nada correspondiente con el grado de evolución tecnológica de dichas sociedades. Salieron de la nada? Las maravillas arquitectónicas citadas son acaso el resultado de un lento y consecuente proceso acumulativo de conocimientos de los pueblos que se supone las construyeron? No hay rastro alguno de ello.
La ciencia, si bien tiene las respuestas, las oculta o simplemente tergiversa los hechos a favor del complot mundial para mantenernos alejados de la verdad ya que sin verdad no habría libertad, al fin de cuentas eso es lo que los dueños del mundo necesitan para conservar su poder. Hemos sido esclavos desde el principio mismo de la aventura humana y ese rasgo no ha desaparecido, solo maquillado.

En Sumeria, la hoy polvorienta y mancillada Irak aparece el conocimiento de todo el saber humano que, con el paso del tiempo, da pie al desenvolvimiento de las culturas posteriores: la hindú, egipcia, americana. Ese saber no fue evolutivo, para el caso de nuestro planeta sino embotellado (en clausulado, empaquetado) trasplantado de otras regiones del universo por civilizaciones miles o millones de años más evolucionadas que la nuestra y tiene que ser así porque es una gran impostura darnos a creer que en ese infinito cosmos de 13.700 millones de años de antigüedad (suponiendo la teoría del Big Bang como cierta) compuesto de miles de millones de galaxias con miles de millones de estrellas y por norma, cada estrella conteniendo planetas que las orbitan, nosotros seamos los únicos seres pensantes. La vida es una constante en el cosmos, no privilegio de un microscópico planeta, como iglesia y ciencia nos trata de hacernos creer. Está fuera del sentido común pretender que somos los únicos habitantes en este inconmensurable universo repleto de astros dadores de vida.

Otra de las patrañas a que nos inducen a creer en el ciego dogma científico es la aparición del ser humano en el escenario planetario. El llamado creacionismo- o sea una forma de simplificar o mejor minimizar el pensamiento a una acción mágica de un creador, que también era alfarero (¿?) formando de barro al humano en el sexto día de la creación es asumir que esa criatura fue confeccionada con una torpeza alarmante para que solo entendiera que un mito pudiera ser convertido en teoría. Del otro lado del rio nos llega un teólogo aristócrata que, con la complacencia del movimiento materialista del siglo XIX nos ofrece una versión muy distanciada del método científico, a pesar (aclaro) que la hipótesis es totalmente aceptable: el hombre evoluciona de una especie inferior, el simio.
Hemos recorrido mas de 150 años en esta postura sin que se haya logrado comprobar la hipótesis aun cuando se cuenta con una tecnología muy avanzada, dispuesta a demostrarlo. La ciencia moderna será además, incapaz de tal proeza sencillamente porque la misma paleontología jamás ha encontrado el fósil de una especie en transición, ni lo encontrará. En el caso del ser humano no hay ningún eslabón perdido (aunque a principios del siglo XX se hubiera mostrado la descarada falsificación de Piltdown-engaño que duro 40 años sin ser detectado por nuestros inteligentes científicos).

Por qué? Porque la vida en nuestro planeta fue sembrada desde el exterior y las 3.000.000 de especies que conocemos en la actualidad fueron deliberadamente incubadas en la Tierra por seres muy avanzados tecnológicamente para crear los ecosistemas adecuados que dieran paso a la vida en nuestro planeta, incluyendo la manipulación genética del homínido de las praderas africanas
Nuestros “dioses” creadores, una vez se asentaron las distintas civilizaciones a lo largo de la Tierra decidieron dejar- por situaciones de permanentes conflictos entre ellos y a su retirada confirieron sus conocimientos a un grupo de hombres, escogidos no por su elevado intelecto sino por su extrema obediencia e incondicionalidad hacia ellos. Este saber que abarcaba todas las ciencias, incluyendo la metafísica y otras disciplinas mágicas cayó en manos de quienes a partir de ese momento, se autoproclamarían como los dueños y soberanos gobernadores de todo el planeta. Es el nacimiento de las sociedades secretas quienes controlarán hasta la actualidad todos los ámbitos de las sociedades contemporáneas.
Finalmente, otro capítulo de nuestra historia se destaca en los años posteriores a la culminación de la Segunda Guerra Mundial, cuando la experiencia del aviador Kenneth Arnold, en un vuelo de placer ve unos objetos que vuelan muy cerca de su nave, que el mismo describe como “platos o platillos volantes” abrirá las mentes de un público enceguecido por tantas mentiras oficialistas.

No hay vuelta atrás, el encubrimiento sistemático y continuo de las autoridades de los grandes poderes se venía abajo, cayó el velo-aunque no en su totalidad y se descubre la realidad ovni- es decir, muchos investigadores, por supuesto independientes, ponían en evidencia las visitas de seres de otros mundos en naves dirigidas y manipuladas con tecnologías incomprensibles para la ciencia contemporánea. Las miradas de cada vez mayor cantidad de gente comenzaron a dirigirse hacia los cielos nocturnos en todo el mundo. La vida ya no sería la misma, otros fenómenos paralelos a los ovnis, avistamientos masivos, abducciones, marcas en los campos cultivados, contactos demostrados de altas autoridades de los gobiernos mundiales, incluyendo de la élite vaticana, con seres extraterrestres, clasificación de las distintas razas que nos visitan, etc. El entendimiento humano se abre a otras posibilidades de comprender el cosmos y nuestra propia existencia. Sin embargo, pese a la acumulación de tanta evidencia, los gobiernos títeres de la élite continúan, sumisos a sus jefes, ocultando descaradamente esta realidad. Hasta cuando?
El presente blog pretende mostrarles a ustedes desde mi punto de vista, la verdad oculta de la historia oficial. Sería un atrevimiento de mi parte presumir conocer todos los entresijos de la compleja realidad que nos rodea. Mi investigación se da inicio una vez llegara a mis manos un ejemplar de la Biblia en el año 1993, cuya lectura bastante densa y compleja por cierto, me generó tanta duda y sorpresa que me incitó a conocer sus secretos. Este es pues el punto de partida de una cuidadosa investigación que ha requerido de esfuerzo y sacrificio, pero que ahora veo, valió la pena. Mi objetivo es claro: mostrar a ustedes mi modesto trabajo seriamente comprometido sobre enigmas sin resolver de la historia de la humanidad siendo ésta una conspiración planificada, paciente pero pusilánime de parte de los verdaderos amos del mundo en contra de la humanidad. De este material, saquen sus propias conclusiones, háganme saber sus comentarios que los consideraré de mucho provecho para ir mejorando y avanzando hacia nuevas fronteras de conocimiento.

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