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LIMITACIONES DE LA HISTORIA (parte 2)

  • Jaime Vergara J
  • 23 nov 2016
  • 9 Min. de lectura

5- La verdad histórica detrás del mito


Generalmente se ha entendido mito en la acepción de fábula, ficción, invención y hasta se hace extensiva para denotar, en los últimos tiempos, mentira cuando se refiere a un relato que por tradición es apropiado por las diferentes culturas planetarias como forma de expresión de acontecimientos sucedidos en tiempos lejanos que hablan de dioses, creación del cosmos, formación del hombre, etc. Son historias fabulosas que están adornadas del encanto literario muy personal de cada pueblo y enriquecidas con las tradiciones orales y que al fin de cuentas conforman el principal acervo cultural que les da identidad propia.


Al mito no se le debe desdeñar nunca cuando intentamos explorar sobre los orígenes y costumbres de tal o cual pueblo al contrario, debe ser el punto de partida en cualquier interpretación antropológica para entender mejor su razón de ser o existir. Estemos donde estemos, bien sea en Mesopotamia, el Valle del Indo o en América precolombina, ya sea en la tradición oral cuando no se cuenta con escritura, o plasmado en papiros a través de sencillos pictogramas o complicados jeroglíficos , tallados en piedra o marcados finamente en arcilla, sea cual sea la forma de expresarlo, el mito condensa historias, que según Mircea Eliade, gran erudito de este tema “designa, por el contrario, una «historia verdadera», y lo que es más, una historia de inapreciable valor, porque es sagrada, ejemplar y significativa”.(Eliade Mito y Realidad, p.5)


Por otro lado tenemos la mitología como un conjunto de mitos relativamente cohesionados: relatos que forman parte de una determinada religión o cultura. La literatura universal está colmada de historias maravillosas que no solo despiertan la imaginación del lector sino que nos hacen quizá recordar esas experiencias como parte de la memoria histórica del ser humano. Los mitos son pues arquetipos que evocan nuestros orígenes y dan sentido a nuestra existencia, nos recuerdan de dónde venimos como seres sustanciales y divinos dispuestos a conocer la experiencia humana cualquiera que sea su manifestación para ir asimilando poco a poco el camino de retorno a la fuente.

El mito conforma por su reconocimiento intrínseco y subjetivo un espacio en ese inconsciente colectivo, vasto universo etérico acumulador de la experiencia humana desde el origen mismo del génesis del ser humano, siempre acompañado de sus protectores y guías. Sin embargo, el mito es solo un componente del gran conocimiento primordial que ubica al sapiens en el tiempo y espacio como ser trascendente, inquieto y artista creador de realidades y hasta capaz de autodestruirse. Pero además de este punto de vista subjetivo de atender los hechos y circunstancias del camino recorrido, el hombre acude al enfoque positivista, esto es, registra acontecimientos, ordena, data, comprueba y transmite con racionalidad y lógica, en este momento interviene la historia.

El propósito de la ciencia histórica es indagar los acontecimientos y procesos ocurridos e interpretarlos ajustándose a criterios de objetividad, aunque alcanzar este propósito origine acalorados debates que cuestionen seriamente a la historia como una ciencia.

En uno u otro caso, bien sea como creación literaria o como narración sujeta al método científico, el recuento efémero debe articular los dos enfoques en un sistema integrado de interpretación. Es pretencioso por supuesto, pero el hombre exige la verdad sin excusas, trampas ni sesgos.

En esta perspectiva bien es posible conocer o acercarnos a las verdades históricas a través de los mitos o leyendas populares de toda cultura planetaria en cualquier parte del mundo. Muchos acontecimientos llegan a nosotros a través de este tipo de relatos que en la mayoría de los casos no se toman en serio por la historiografía ortodoxa dispuesta a mostrar solo aquello que se ajusta al fastidioso y obtuso paradigma, o sea, un pequeño fragmento de verdad ataviado de descomulales quimeras. Y ya que poco alcanzamos a desentrañar por el método convencional tenemos la obligación de reinvindicar el mito como premisa de valor para acercarnos a la verdad. Hoy en día es la única posibilidad razonable.

Tomaremos a consideración uno de los tantos ejemplos que atestiguan esta hipótesis: Existió la ciudad de Troya del mito homérico?

Un protagonista no muy conocido en el mundo de la arqueología fue el alemán Heinrich Schliemann quien a mediados del siglo XIX emprende una inusual aventura comprometiendo una gran fortuna personal. Basado en la obra de Homero, La Iliada escrita 9 siglos antes de Cristo, intuye que la ciudad de Troya existe en la realidad y organiza una expedición para encontrarla. Como bien se sabe en esta ciudad se lleva a cabo una las batallas más memorables en la historia de la humanidad aunque solo fuera considerada siempre como un mito.

Por supuesto fue objeto de burlas de la arqueología ultraconservadora pero esto nunca detuvo al alemán en su propósito de hallar, lo que para él comenzó como un sueño.

En 1870 Schliemann con conocimientos muy limitados en arqueología y usando rústicas técnicas de excavación encuentra la ciudad de Troya en las ardientes arenas de Turquía, sus ruinas están al alcance de todos ahí para su inspección y ulteriores estudios pero sobre todo para mostrar al mundo que es posible que un mito se convierta en realidad. De esta manera este entusiasta alemán demuestra que no hay límites en el ser humano aun cuando la sociedad insista que a los mitos no se les busca porque solo están en la cabeza de unos ingenuos cuentacuentos.



6.- La historia y la política


En cualquier análisis histórico no podemos dejar a un lado la influencia que ejerce la política en el acontecer de la humanidad en cada etapa de su evolución. Este sesgo en la historia determina una limitante muy fuerte que al fin y al cabo también resulta ser una distorsión del hecho histórico. La historia descubre, la política encubre, decía Donald Walsh, famoso escritor norteamericano. Muchos son los episodios ejemplares que subyacen de estas horrorosas prácticas de encubrimiento de parte de las autoridades. Me refiero en especial al fenómeno extraterrestre en un contexto cultural donde la gente exige mayor seriedad de parte de las autoridades gubernamentales quienes niegan un y mil veces la presencia tanto de naves como de seres ajenos a nuestro planeta cuando ya son millones de personas en todo el mundo que de una u otra manera han vivido la experiencia de avistamientos, haber tenido contactos directos o indirectos con seres alienígenas y además, cuando se nos presenta a nuestros sentidos construcciones milenarias con rastros muy bien marcados de tecnologías usadas nada correspondientes al grado cultural y científico de los nativos, a quienes se les atribuye su construcción.

Son incalculables evidencias físicas y documentales desperdigadas por todo nuestro Planeta que nos repiten una y otra vez: no estamos solos en este inconmensurable cosmos ni nunca lo hemos estado, las pruebas están allí donde quieras mirar con atención.

Todos los gobiernos del mundo y sus agencias lo han sabido siempre pero se niegan cínicamente a poner esta información a disposición de la humanidad siendo lo aterrador del caso que el encubrimiento parece obedecer a preceptos del poder de las sombras. Nadie más que la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio - NASA, como agencia gubernamental de los Estados Unidos de América y ente rector de la exploración espacial del mundo, tendría mucho que decirnos sobre el tema, pero no es así.

La NASA en asocio con el ejército norteamericano y teniendo la complicidad del mismo gobierno metódicamente están velando y negando la presencia de naves y de seres de otros mundos que han visitado la Tierra o que se mantienen soterrados bajo la superficie en gigantescas instalaciones, lejos de la vista del ciudadano común contando con sistemas de vigilancia de inimaginable poder.

En Roswell (Nuevo México), en los Estados Unidos, el 10 de julio de 1947 se estrella una nave con sus tripulantes no terrestres a la vista de cientos de rancheros de la zona, hecho que fue divulgado por el periódico de la localidad. Un día después de esta publicación se inició una inusual escalada de desprestigio y acallamiento forzado de los testigos por parte del ejército de los Estados Unidos hasta el punto extremo y muy vergonzoso de distorsionar el evento señalando públicamente que no pasó nada y que el incidente fue producto de una alucinación masiva de los pobladores


En el estado de Nevada en los mismos Estados Unidos se dispone de la base subterránea más grande del mundo donde guardan naves extraterrestres y alienígenas comparten conocimientos con los humanos; son muchas las pruebas y testigos directos que vivieron tenebrosas experiencias con alienígenas dentro de la base, y aun así el gobierno tiene la desfachatez de seguir negando la existencia de oscuras actividades en el subsuelo del desierto.


De esta forma la política se une al contingente de embelecos maniobrados magistralmente para hacer de la historia un recuento apenas ajustado a los intereses de las clases gobernantes.


7.- Los guarda-secretos


Cuando se aborda el tema de la historia también es muy dado por parte del establishment ponerla lejos de los ojos del ciudadano común, o sea, guardar bajo custodia con extremas medidas de seguridad, libros, manuscritos, piezas arqueológicas, mapas antiguos, documentos clasificados, etc., que contienen valiosísima información de la aventura humana a lo largo de los siglos y de todas las esquinas del planeta. Solo unos cuantos privilegiados o dotados de poderes de excepción consiguen acceder a dicho conocimiento.

Ha sido una práctica muy frecuente en el caso de tesoros arqueológicos de antiguas civilizaciones que terminen en anaqueles, urnas o bodegas de los grandes museos europeos o de los Estados Unidos. Especialmente a partir del siglo XIX el saqueo de tumbas y templos en busca de tesoros invaluables fue una de las actividades más lucrativas del mundo en un obsceno mercado de reliquias históricas en el cual el chantaje y asesinato constituían una norma común del pillaje. Egipto por ejemplo fue víctima de la inclemente acción de vándalos más aterradora del mundo de donde se extrajeron no solo manuscritos antiguos por miles sino también, momias, estelas y hasta gigantescos obeliscos y cuyo destino fueron los museos y las plazas públicas de importantes ciudades del mundo llamado civilizado. Roma, Londres, París, Nueva York o Estambul adornan sus plazas con estas esbeltas y muy elaboradas “agujas de piedra” dirigidas a Amón-Ra, dios primordial de los egipcios.

En los museos de Berlín, Londres, New York y otras ciudades se encuentran tesoros arqueológicos de culturas extranjeras comprados a los trafagadores de reliquias por precios irrisorios para mostrarlos a millones de turistas en un claro intento de lucrar con el patrimonio ajeno. Muchos fueron los intentos del gobierno egipcio en los años 70 del siglo XX de recuperarlos, sin embargo la respuesta que obtuvo, muy peregrina por cierto, era que en Egipto no de daban las condiciones de seguridad para salvaguardarlos de los ladrones. Inadmisible impugnación al derecho propio de cada país de poseer lo suyo con dignidad.

Existe en la actualidad una institución que cumple a cabalidad con su misión de guardar con extremo recelo información histórica de la humanidad: Los archivos secretos del Vaticano que en un comienzo hizo parte de la Biblioteca Apostólica Vaticana fundada en el año 1.448 y que luego fue segregada de la misma en el siglo XVII. En su conjunto este centro documental cuenta con cerca de 1.600.000 libros almacenados en 65 kilómetros lineales de estanterías. Nunca se podrá saber cómo llegó a Roma este importante arsenal de documentos pero si es claro que no están a la entera disponibilidad del saber universal.



Dentro del ámbito de las Ciencias Naturales el Instituto Smithsoniano (Smithsonian Institute) es el complejo de museos (19 en total) más grande del mundo y tiene su sede en Washington D.C. En sus instalaciones trabajan cerca de 200 profesionales de reconocido prestigio siendo el grupo más grande asociado con esta categoría de ciencia. Hay mas de 125 millones de especímenes de plantas, animales, fósiles, minerales, rocas, meteoritos y objetos culturales humanos.

Este importante centro cultural fue programado para ser un centro de investigación científica terminó convirtiéndose en depositaria de colecciones gubernamentales únicas y con esta función restrictiva solo se quería encubrir operaciones de atesoramiento de material arqueológico prohibido para el paradigma científico que revelan verdades perturbadoras. El cambio de objetivos es muy sospechoso si se tiene en cuenta que prolifera la idea de investigadores independientes que por órdenes del Instituto se decomisan piezas arqueológicas de todas partes del mundo.

8.- La idiomática en las traducciones documentales

Por último, es de destacar que los textos históricos pueden ser transcritos de un idioma a otro o pasar por una serie de traducciones que afectan los contenidos de los textos ya que los traductores normalmente encuentran dificultades en interpretar una palabra o frases que contiene varios significados y en muchos de los casos cuando no se entiende alguna palabra por su caligrafía se busca otra menos apropiada que puede cambiar el sentido de una u otra oración.

La colección de libros contenidos en la Biblia cristiana fue escrita en tres idiomas a lo largo de un milenio – griego, arameo y hebreo. Cuando se realizó la compilación de los textos por el emperador Constantino en el siglo IV se tradujeron todos al idioma más común de la época: el Latín y luego con miles de prohibiciones a los diversos idiomas hablados en Europa incluyendo la complicada traducción al Español que hizo Casiodoro de Reina y revisada por Cipriano de Valera en el siglo XVI. El Vaticano en esa época prohibía cualquier tipo de traducción porque se había decretado al Latín idioma o. De Reina fue perseguido y casi asesinado pero logró su objetivo.

Pero, es tan peligrosa la historia que amerite tanta persecución, destrucción y encubrimiento?


Una de las tantas razones por el cual la humanidad atraviesa una crisis de conciencia severa es que ésta conoce muy poco de su pasado y ello no le permite entender el presente ni mucho menos visualizar el futuro. Vivimos en una permanente incertidumbre y temor, que son caldo de cultivo de las manipulaciones religiosas y políticas.

Pensar en volver a escribir la historia de la humanidad sin enmiendas, tachaduras omisiones, extrapolaciones será imposible sin que antes no se desplomen todas las estructuras sociales y políticas que han sido basadas en mentiras y que justifican el statu quo del presente, donde el verdadero artífice de esa historia es ignorado-el simple mortal que solo ha sido utilizado como “carne de cañón” para conquistas egoístas sangrientas y en otros eventos donde simplemente fue convertido en una marioneta manejada para aplaudir el fétido orgullo

de reyes y monarcas en sus “gloriosas conquistas” casi siempre “en nombre de Dios”.

 
 
 

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Jaime Vergara Jaramillo, economista de profesión, humanista por vocación. Desde hace 25 años dedicado a la investigación de las conspiraciones históricas que han mantenido sumido al ser humano en la más abyecta ignorancia en cuanto a los acontecimientos determinantes de su historia y evolución de su conciencia. Contamos con un grupo de jóvenes exploradores de los misterios de la humanidad, así mismo, con corresponsales de distintos países de Latino américa y España. El director del presente blog es autor del libro: Conspiraciones Históricas, interesante recorrido por el planeta mostrando enigmas de la historia que la ciencia ortodoxa oculta intencionalmente.

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