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3. OOPARTS Out of place artifacts - Objetos fuera de lugar

  • Jaime Vergara J
  • 30 nov 2016
  • 8 Min. de lectura

Los Ooparts son artefactos elaborados por “alguien” con una técnica y herramientas no correspondientes ni a la época histórica ni al grado de desarrollo de los pueblos en su contexto geográfico donde fueron hallados. Son descubrimientos que desconciertan a la arqueología moderna que poco interés muestra en su estudio porque no encajan en su sistema de creencias y que generalmente terminan por desacreditarlos con argumentos de poco importe racionalista y lógico. Casi siempre se etiquetan como hallazgos “no objeto de investigación” y terminan arrinconados sin catálogo en algún rincón de un museo, aunque en ocasiones simplemente desaparecen de la vista de los curiosos.



Estos objetos pueden ser inexplicables martillos con maso metálico, pilas voltaicas, aviones fabricados cientos o miles de años antes de la aparición de la civilización humana tal y como lo registra la historiografía. También encontramos estatuillas de seres con extrañas escafandras que recuerdan a astronautas modernos, figuras de terracota de dinosaurios elaboradas mucho tiempo antes de los antes primeros descubrimientos paleontológicos de estos fenomenales saurios, mapas con detalles precisos de Suramérica anteriores a la llegada de los conquistadores europeos y de la Antártida cuando ésta aún no estaba cubierta de los espesos hielos, como la vemos en la actualidad.


Otra categoría de ooparts no deja de ser menos sorprendente y tiene que ver con muy elaborados geoglifos que solo pueden ser observados arriba de los aires como si fueran trazados para ser apreciados o referenciados por viajeros espaciales, aquí nos referimos a las enigmáticas Líneas de Nazca en el Perú.

Y este mismo, siempre sorprendente país, conserva una grandiosa colección de piedras talladas con una discutible edad de 2.000 años donde se plasma artísticamente figuras de seres realizando actividades nada pertinentes en el contexto: Trasplante de órganos, cirugías de todo tipo, astrónomos con sus telescopios, y lo más intrigante de estas tallas, sin duda alguna es la recreación de un evento que pone en la picota a la ciencia: hombres y dinosaurios coexistiendo, cuando no debiera ser teniendo en cuenta la cronología oficial.

Hay mucho más, computadoras astronómicas, calendarios con períodos de tiempo de más de 5.000 años, rastros de explosiones nucleares, máquinas cuánticas y un largo etcétera que pueden verse y palparse a lo largo del Planeta, porque no son exclusividad de una zona determinada, todos ellos no son más que una piedra en el zapato para la ciencia y lo más incómodo para la ortodoxia es que están apareciendo con más frecuencia con el correr del tiempo lo que, sin lugar a dudas pone en serios aprietos los postulados evolucionistas y deja mal parada a la antropología convencional.

El estudio de estos enigmáticos objetos no deja de ser un desafío muy inextricable para la historia de la humanidad porque su presencia y explicación da al traste con el engaño sistematizado que por milenios el hombre ha sido objeto sobre sus orígenes y pone en evidencia dos colosales verdades: existieron civilizaciones con igual o mayor grado de desarrollo tecnológico que la nuestra en la actualidad y éstas dejaron rastros señeros de sus logros una vez fueron destruidas por diversos motivos. A su vez, los ooparts quebrantan dramáticamente el evolucionismo darwinista de constatarse que humanos y dinosaurios vivieron simultáneamente 65 millones de años atrás, como mínimo.

Antes de sumergirnos en el vasto océano de estos objetos malmirados o incomprendidos daremos una ligera mirada a la línea del tiempo del recorrido transitado por el hombre desde su aparición hasta la actualidad desde el punto de vista del paradigma científico predominante. También y a modo de ilustración somera se mostrarán los diferentes métodos de datación que usa la arqueología para definir las fechas de cada hallazgo.

Edades históricas: la línea del tiempo

Los historiadores han establecido una división del tiempo, muy cuestionada por cierto, para acercarnos al entendimiento de la evolución del ser humano desde los inicios hasta el momento presente:


1.- Prehistoria. Es el período comprendido entre la aparición del sapiens- 250.000 años del Neanthertal o 40.000 del Cromagnón hasta la aparición de la escritura (Sumeria 4.000 años adC.). No es un lapso muy bien definido por la ciencia, existen muchas lagunas e imprecisiones a la hora de establecer las dataciones. Es la etapa más larga y se ha dado por subdividir en tres: Paleolítico, Neolítico y Edad de los Metales.


1.1. Paleolítico. Comprende un período extenso que va desde la aparición del hombre hasta el año 9.000 adC., se desarrolló en Asia, Europa y África. También se le conoce como la edad de la piedra tallada, así mismo, se utilizaron otros materiales de origen orgánico para elaborar diversos artefactos tales como hueso, asta, madera y cuero. Inicialmente las herramientas líticas (de piedra) eran gruesas toscas y pesadas, de difícil manipulación, pero poco a poco fueron perfeccionándose y se hicieron luego, livianas y pequeñas. El hombre en esta etapa era nómada.



1.2. Neolítico. Es el período comprendido entre el 5.000 y 2.500 años adC. Se caracteriza por la elaboración de herramientas de piedra pulidas que va a acompañar el desarrollo y expansión de la agricultura y pastoreo. Aparece la alfarería.

1.3. Edad de los metales. Asumimos que esta etapa aparece a finales del neolítico sin embargo, no está del todo claro el momento de su aparición ni en la historia ni en qué región. El hombre, como se había determinado antes, inexplicablemente conoce los metales (cobre, bronce y hierro) y además llega a dominar la técnica de la fundición y aleación de los mismos. Nunca se entenderá de donde adquirieron los conocimientos de estas técnicas, que de por sí, deben incorporar el saber de la química y la metalurgia. El período de enmarca esta etapa es del 4.000 al 2.500 adC.

2. La Historia. Ya se había hecho mención anteriormente que el consenso general de los historiadores apunta hacia el año 4.000 adC., siendo el primer asentamiento humano la región de Mesopotamia entre los ríos Tigris y Éufrates.

Tomando este marco de referencia se puede colegir que los ooparts a estudiar no encajan aquí y por tanto hay que buscar otras explicaciones, más sensatas y atrevidas quizá usando otras referencias históricas que expliquen con lógica la presencia de estos artefactos tan reales como desconcertantes.

Finalmente, nos aproximaremos al conocimiento de los diferentes métodos que se utilizan por la ciencia arqueológica para fechar los hallazgos y de esta manera dar un sustento racionalista a la hipótesis que ningún ser humano dentro del marco histórico pudo haber fabricado tan fascinantes artefactos.

Datación

Los métodos que utiliza la arqueología son procedimientos y técnicas a los que se recurren para datar o fechar un artefacto de un yacimiento cualquiera o incluso se usan para determinar la datación del yacimiento en sí. Estos métodos fueron desarrollados en los inicios del siglo XX y a la fecha ninguno de ellos puede considerarse infalible ni tampoco logran abarcar cualquier tipo de material que se haya encontrado como los metales, para los cuales se precisa de otros procedimientos como definir el estrato geológico, sus características, su contexto, donde se encontró el artefacto. Aun así no se logran establecer fechas exactas de formación de las capas geológicas.

Existen pues, serias limitaciones para fijar un origen aunque la tecnología haya avanzado formidablemente en los últimos tiempos en la elaboración de la instrumentación necesaria para tal efecto.

Datación radiocarbónica. Cuando se trata de algún objeto de composición orgánica (madera, carbón, huesos, conchas, etc.) el método tradicional de datación se basa en la determinación de la cantidad de contenido de Carbono 14 desde el momento de la muerte de dicho material, ya que a partir de ese momento empieza a desintegrarse un isótopo del Carbono.


El principio es simple: la radiación cósmica proveniente del sol produce electrones que atraviesan la atmosfera y al reaccionar con el Nitrógeno producen un isótopo (átomos que tienen el mismo número de protones pero diferente número de neutrones) pesado de Carbono, el C14. Este se mezcla con el Carbono común, el C12, en el Oxígeno de la atmósfera y se incorpora a todos los seres vivos a través del dióxido de carbono que posteriormente es absorbido por las plantas mediante el proceso de fotosíntesis. Luego, los animales herbívoros se alimentan de las plantas que son as su vez consumido por los carnívoros. Cuando un ser vivo muere, cesa la absorción de los átomos de Carbono y comienza el descenso por desintegración radioactiva.

El descubridor del método, Willard Libby, estimó que cada 5.570 años se desintegra la mitad del C14 que está presente en un organismo, a su vez, en otros 5.570 años se desintegra la mitad de la mitad restante y así continuando con cada mitad remanente. Al final de la cuenta, se estima un lapso de 80.000 años del proceso de desintegración desde la muerte del organismo. Lógicamente el método de radiocarbono se queda corto en restos que supere el lapso estipulado.

Datación por termoluminiscencia. Es la capacidad que tienen algunos minerales como el cuarzo y el feldespato para emitir algún tipo de luz cuando son expuestos al calor. Vemos, por tanto, que la cantidad de luz que se emite en el momento del calentamiento dependerá del tiempo que dicho material haya estado recibiendo radiación ambiental. Se usa principalmente en el caso de material cerámico; durante su fabricación el calentamiento libera a los electrones de sus “trampas” cristalinas y en el acto del enterramiento la radiación ambiental provocó la acumulación de los electrones de tal manera que el número de ellos está en función del tiempo del enterramiento. Posterior a este proceso se realiza un análisis químico del terreno y así se obtiene la edad de la cerámica con medidores electrónicos.

Este procedimiento es algo complicado y no tan fiable porque se necesita recrear las condiciones del enterramiento que albergó la pieza de estudio pero que a su vez pudo haber sido alterada por sucesivos enterramientos en diferentes momentos y condiciones.

Datación radiométrica. Puede determinar la edad de rocas, minerales y restos orgánicos siempre y cuando los primeros estén asociados a los últimos. O sea, el método jamás calculará la edad de una roca si no está asociada a la presencia de un material orgánico. Es muy útil en la definición de fechas de restos paleontológicos pero su rango de acción es muy limitado: 60.000 años

Existen otros métodos que no son del caso en este momento atisbar, sin embargo, el radiocarbono es el más utilizado en el caso de restos humanos, prendas, sarcófagos de madera, semillas u otros residuos de alimentos que bien pudieron estar asociados en los enterramientos.

Una última consideración a tener en cuenta en tanto se relacionan los ooparts con los métodos de datación: no puede haber ninguna seguridad en la definición de la fecha de algún artefacto por el relativo lapso de descomposición del C14; si consideramos que nuestro planeta tiene una edad de 4.500 millones de años es muy probable que la aparición de la vida en él sea muy anterior a los registros oficiales y consecuente con ello el Homo Sapiens debió haber tenido presencia en la Tierra en tiempos incalculables, nótese además que la datación de materia orgánica se limita a tan solo 80.000 años como mucho.

Nos dice mucho esta antojadiza apreciación pero hay ooparts que dejan en claro que el constructo antropológico, arqueológico y paleontológico que se nos da a conocer a través de sus respectivas ciencias es una invención del poder oculto mundial para enmascarar verdades muy desagradables para ellos: restos de gigantes, representaciones artísticas en piedra y huellas fosilizadas de dinosaurios con humanos, inexplicables construcciones que incorporan tecnologías inimaginables, artefactos incrustados en rocas de millones de años de antigüedad dan cuenta de una protohistoria prohibida a la humanidad. Los ooparts ponen contra la pared a la ciencia y exigen un mayor compromiso de estudio de estos inusitados ingenios de la raza humana (no necesariamente humana) para hacer de la verdad un faro que guie al hombre hacia la libertad y se reconecte de nuevo con el cosmos del que somos su fractal.

 
 
 

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Jaime Vergara Jaramillo, economista de profesión, humanista por vocación. Desde hace 25 años dedicado a la investigación de las conspiraciones históricas que han mantenido sumido al ser humano en la más abyecta ignorancia en cuanto a los acontecimientos determinantes de su historia y evolución de su conciencia. Contamos con un grupo de jóvenes exploradores de los misterios de la humanidad, así mismo, con corresponsales de distintos países de Latino américa y España. El director del presente blog es autor del libro: Conspiraciones Históricas, interesante recorrido por el planeta mostrando enigmas de la historia que la ciencia ortodoxa oculta intencionalmente.

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