5.1. Tierra de Mu-Lemuria
- Jaime Vergara J.
- 24 feb 2017
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No hay mayores registros históricos oficiales que nos hablen de este continente que estuvo situado en el Océano Pacífico, su tamaño doblaba al de Australia y ocupaba la mayor parte del océano Indico y unía África con Oceanía, alcanzó a albergar una población de 64 millones de personas.

Lo único cierto, es que al igual de la Atlántida un desastre de grandes proporciones destruyó esta civilización con un grado de evolución semejante a la primera hace 12.000 años y también hay serias pistas que nos hacen sospechar que entre estos dos continentes hubo rivalidades que inclusive acabaron en conflagraciones nucleares. La isla continente se fragmentó en mil pedazos y se hundió.

De todo ese fraccionamiento alcanzan la época actual las islas Carolinas, Hawaii, Tahiti, Samoa y Japón. Pero de acuerdo a este mapa en el apéndice del mismo aparece Rapa Nui o - Pascua. La Isla de Pascua encierra en sí otro enigma fascinante y es posible que haya sido parte de este continente y hay razón para tal sospecha. Poco se sabe de la isla, su vegetación es muy escasa, igualmente su población y pero la isla encierra uno de los misterios más grande de la historia de la humanidad, como veremos adelante.
Se le consideró a Mu un modelo de civilización por su alto grado de desarrollo de conciencia y tecnología y hasta hace 25.000 años, con la Atlántida eran las potencias mundiales pero rivalizaban por ese orgullo y prepotencia de los seres humanos que siempre nos ha caracterizado por considerarse más poderosos y con la verdad absoluta debajo el brazo. El nivel tecnológico de los habitantes de Mu quizá haya sido inferior al de Atlántida pero éstos los sobrepasaron en el plano espiritual. Dicen las leyendas que los lemurianos eran seres altos, medían en promedio 3,5 metros y este detalle confirma porque en las leyendas de las islas del pacífico también se nombran a los gigantes.

Se le debe el conocimiento de este continente al expedicionario James Churchward, coronel británico quien a finales del siglo XIX realizó unos viajes por toda la India, Siberia y Mongolia, luego de haber encontrado unas tablillas en la India donde se constataba la presencia de este gran continente, el aventurero analizó múltiples escritos logrando encontrar rasgos de civilizaciones antiguas en muchos lugares, tomó en cuenta similitudes importantes en la escrituras japonesas y de las tribus de Norteamérica y Suramérica llegando a concluir que los habitantes del continente americano bien podían provenir de Mu

Es muy posible que este dato se aproxime más a la realidad en contraste con la teoría de la llegada de los primeros habitantes de América desde la Polinesia a través del estrecho de Bering, postura más que inverosímil si se tienen en cuenta dos consideraciones: uno, los migrantes polinesios debería haber tenido un conocimiento previo que, bien al norte, en el extremo oriental de Siberia había un paso que permitía transitar a otro mundo más apropiado para desarrollar un nuevo estilo de vida, lo que significa que conocían muy bien la geografía del globo terrestre y esto jamás se ha podido demostrar. Por otro lado, los trashumantes de la Polinesia, acostumbrados a la vida en un medio tropical, caluroso y húmedo difícilmente podrían soportar las bajísimas temperaturas de Siberia, esta aventura aun teniendo el conocimiento del estrecho de Bering no la iban a emprender jamás.
Hoy por hoy los nuevos hallazgos de la arqueología nos obligan a pensar con más sensatez. En el año 1.985 se descubrieron en el fondo del Mar del Japón unas estructuras que parecen dar evidencia al hundimiento de esta civilización en la Isla de Yonaguni. La ciencia oficial nos habla de “formaciones naturales” pero ante los ojos de cualquier observador perspicaz no es así.

Evidente es que la naturaleza no puede lograr estructuras con líneas de perfecto trazado ni ángulos rectos como opinan los oficialistas; esta es pues otra muestra de cómo se trata de ocultar una realidad con argumentos de poco peso.
La construcción de Yonaguni tiene las siguientes dimensiones: 120 m. de largo, 40 m. de ancho y 20 m. de alto. Se le calcula una edad de 12.000 a 14.000 años, periodo que encaja con suficiencia a la desaparición de Mu.
Las plataformas son claramente artificiales y están situadas en el área de influencia del Triángulo del Dragón. A esta zona se le denomina también de “La Muerte” ya que en ella se presenta las mismas anomalías magnéticas del Triángulo de las Bermudas al este del estado de la Florida en los Estados Unidos y que ocasionan misteriosas desapariciones de embarcaciones y que a su vez se correlaciona con la presencia de la extinguida Atlántida. Será solo una caprichosa casualidad o es necesario ahondar aún más sobre esta extraña anomalía?
Y cómo asegurar entonces que verdaderamente existió Mu? Nunca podremos fiarnos de los informes ortodoxos, como la lo hemos venido aclarando, todo lo que o no se compruebe por el método científico o comprometa seriamente el ambicioso plan de dominación mundial está excluido de cualquier consideración de estudio y se le clasifica como “herejía”, “producto de la fantasiosa mente humana” o simplemente se esconde a los ojos de la gente común. Pudiera ser queel descubrimiento de Churchward sea una leyenda pero es bien cierto que todo mito o leyenda contiene verdades solo que se revisten de adornos literarios para darle un sentido cultural autóctono y folklórico que se identifique con el pueblo que las elabora.
Volvemos a Perú país, que confina celosamente muchas claves para descifrar los enigmas históricos de la humanidad.
El Dr. Cabrera, de quién hablamos anteriormente es un protagonista de esos que poco destacan en los medios académicos por carecer de las credenciales exigidas por la comunidad científica internacional, jamás intentó lucrar con su colección de piedras y siempre mostró, aunque con modestia extrema, un espíritu generoso y serio al interpretar los grabados de las piedras de Ica.

En una de esas intrigantes piedras se muestra un mapamundi que señala con mucha claridad al continente americano y al oeste del mismo Mu, según Cabrera esa piedra solo se pudo labrar por alguien que tuviera una perspectiva espacial o que poseyera cartas geográficas que indicaran la presencia de otros continentes, diferentes al americano. Y de nuevo nos topamos con el misterio: mapas completos de la Tierra hace más de 12.000 años?
Próximo capítulo: La Atlántida
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