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5.6. Egipto (2)

  • Jaime Vergara J
  • 23 jul 2017
  • 7 Min. de lectura

Alineaciones astronómicas de las pirámides

La Gran Pirámide y las profecías El escritor Walt G Dovan en su libro: ”Las terroríficas profecías de la Gran Pirámide” nos relata que las dimensiones, pulgada por pulgada de las cámaras, galería, canales de ventilación y otras construcciones internas de la pirámide obedece a un recuento histórico del pasado de Egipto pero también proyecta la Historia a futuro. Nada asombroso en este mágico lugar.

Dice Dovan: “Se debe remarcar que las mediciones efectuadas con la cronología solar llegan exactamente hasta en centro de la llamada “Antecámara”, lo que es considerado como el punto final o sea 6.000 pulgadas que corresponden a 6.000 años solares. Así, el final de esta cronología, según Dovan es el 17 de septiembre de 2.001, fecha de finalización de un ciclo y comienzo de otro. Considérese que el libro en mención fue editado en el año 1.982. Pero resulta asombroso que la fecha de septiembre de 2001 hito indiscutible en la historia de la humanidad por los acontecimientos del auto atentado de las Torres Gemelas en New York. Es muy posible que, por los lógicos efectos de la erosión en la pirámide, la medición tomada no sea del todo exacta, pero no deja de sorprender esta extraña “coincidencia”. Profecía cumplida? El 11 de septiembre de 2.001 es una fecha con tintes cabalísticos donde convergen una serie de acontecimientos tanto de orden político (necesidad del imperio americano de apropiarse con el petróleo de Irak) como ritualístico de parte de bien reconocidas sociedades secretas como los Iluminatis para marcar una fecha de inicio en las pretendidas aspiraciones de establecer un Nuevo Orden Mundial. Relacionar la Gran Pirámide con máquinas cuánticas, portales dimensionales, faros, centros de poder geomagnéticos de por si suena extravagante y ahora adicionamos otra posible función: también fungió como máquina del tiempo o quizá fueran todas a la vez y otras más que se escapan a nuestra imaginación. Lo cierto es que tan impresionante mole incorporó en su diseño y construcción un potencial enorme de saberes que no se quería que el tiempo los borrara.

LAS PIRÁMIDES Y LOS ASTROS Hermes Trimegisto fue un sabio egipcio que en la antigüedad era asociado con Toth, divinidad egipcia y los griegos con Hermes o Mercurio y desarrollo un sistema de creencias metafísicas que hoy se le conoce como hermética, además fue el creador de la alquimia. Se desconoce algún texto que de referencias sobre su vida pero sus conocimientos y enseñanzas sirvieron de fundamento a los sistemas cosmogónicos y filosóficos de los antiguos egipcios. Según Trimegisto las pirámides son un reflejo en la Tierra del cielo estrellado considerando ciertas estrellas del firmamento en especial las del Cinturón de Orión acorde con uno de los principios universales por él formulado y que reza “como es arriba es abajo”, o principio de la Correspondencia. Robert Bauval, nacido en Alejandría de padres belgas es un ingeniero (aun vive) que ha dedicado gran parte de su vida a desentrañar los misterios de Egipto, ha escrito varios libros sospechando supuesta correlación de las estrellas con las construcciones en Egipto. Los egipcios estuvieron obsesionados con el tema de la muerte y la vida después de ella, en el Libro de los Muertos se dan instrucciones precisas del cómo preparar la momificación del rey difunto, se entonan cánticos especiales para permitirle al alma un tránsito placentero en el más allá, se instruye a la misma para su recorrido y todo ello teniendo firme convicción que el alma del monarca reencarnará en una estrella; en el caso de Isis y Osiris a aquellos astros de donde provenían los dioses: Sirio de la constelación del Can Mayor para el caso de la diosa Isis y el cinturón de Orión correspondiente a Osiris. El Cinturón de Orión

En la Gran Pirámide aparecen cuatro ductos o canales que tienen una dirección precisa; los egiptólogos le llaman a ellos “canales de ventilación”, en el supuesto que su función fuera servir de tumba a los faraones, vale preguntarse con sentido común: qué ventilaban los canales si al contrario, el aire no es un buen amigo de la conservación de momias?


Como se ve en el gráfico dos ductos salen de la Cámara del Rey (21cm X14 cm y 18 cm X 14 cm es la medida de estos) y dos de la Cámara de la Reina (21 cm X 21 cm ) Intrigante que estos canales tan estrechos (no cabe ni un niño) y con varias decenas de metros hayan sido tallados con instrumentos rudimentarios como nos hacen ver las urnas del Museo de El Cairo Bauval descubrió que las pirámides no están del todo alineadas en la tierra al igual que las estrellas del Cinturón, hay un pequeño ángulo de desviación de la pirámide más pequeña. Igualmente las estrellas del Cinturón de Orión tienen este mismo ángulo y fue precisamente esta observación que le sirvió para elaborar su teoría.

La pirámide pequeña está unos grados desviada hacia la izquierda al igual que la pequeña estrella del Cinturón. La misma alineación aparece en las pirámides de México y esta observación no puede ser casual. Es claro que no podemos hablar aquí de improvisaciones ni de utilización de bruscas herramientas ni de cuerdas flojas ni estacas mal clavadas. En Egipto se contaba con altos conocimientos de astronomía y matemáticas y una tecnología desconocida paran nosotros hoy en día para cortar, transportar desde las canteras de Aswan que está situada 900 km.) pulir y colocar los enormes 2.500.000 bloques que componen la Gran Pirámide. Y eso que solo nos hemos referido a una sola pirámide de las 120 que hay. LA ESFINGE Los egiptólogos datan en 4.500 años su construcción y aseguran que la cara de la esfinge corresponde al faraón Kefren hijo de Keops de la IV dinastía y que reinó desde 2.547 a 2.521 adC. Esta deducción la basan en el hecho que la Esfinge se encuentra más cerca de la pirámide atribuida a tal faraón. Notable el sesgo anticientífico.



Con sus 57 metros de longitud y casi 20 metros de altura la Esfinge es la estatua más imponente y grande del Planeta, en época antigua estaba pintada de vivos colores: de rojo el cuerpo y la cara y el tocado de su cabeza con rayas amarillas y azules suponen algunos estudiosos. John West un investigador de Estados Unidos en recientes estudios descubrió una clave para datar su construcción muchos siglos antes: la erosión que presenta el monumento no es debido ni al viento ni a la arena sino al agua. Al agua? Si, a que en algún momento debió llover torrentes en el Valle del Nilo y a raíz de un cambio repentino del clima se suspendieron las lluvias iniciándose un proceso lento de desertización y este momento data de 12.000 años por lo que a criterio de West su construcción debe necesariamente superar esa edad. Hasta aquí la cronología comparada nos indica una edad 8.000 años antes del registro oficial, diferencia nada despreciable. Y aún falta más, otros diligentes investigadores siguen hurgando en las arenas de Egipto respuestas satisfactorias a tan inquietantes enigmas ya que no se conforman con las teorías que afloran por doquier y no es sorprendente este comportamiento entre científicos deseosos de llegar a la raíz del problema egipcio. Dos prestigiosos geólogos ucranianos, Manichev y Parkhomenko nos plantean otro punto de vista basados en la teoría de West, esta vez la erosión de la Esfinge, si acaso fue provocada por el agua, no fue por las lluvias, tanto las pirámides como la Esfinge estuvieron por un período prolongado sumergidas bajo el mar hace 750.000 años!. Pasado el tiempo las aguas fueron retirándose paulatinamente dejando huellas en la roca en términos de franjas redondeadas y oquedades, de ahí su aspecto actual.

Imposible dar la razón a unos y otros, no existen registros de su construcción y ello dificulta seriamente las pesquisas, solo podemos observar con mente abierta las distintas propuestas, compararlas con los datos especulativos del oficialismo, buscar correlaciones con rastros de otras posibles civilizaciones perdidas y concluir. Falta mucho, hay información muy bien guardada pero tarde o temprano el ímpetu del espíritu humano superará el marasmo obtuso en que la ciencia nos ha sometido.

Otro pormenor que pasa casi desapercibido a los ojos del desprevenido turista que admira el coloso del Nilo: la cabeza de la Esfinge. En la siguiente foto se puede observar un detalle que ha puesto de cabeza a los investigadores: la figura es descomedida: el cuerpo es proporcionalmente mucho más grande que la cabeza y téngase en cuenta que el sentido perfeccionista de los artistas de la antigüedad jamás se pasaría por alto esta anomalía. Si la esfinge tiene cuerpo de león, qué de raro tendría que su cabeza también lo fuera una vez terminada la obra? Esta posibilidad jamás se debe descartar y la desproporción aludida tendría sentido si alguien, tiempo después, en sus ímpetus megalómanos rediseñe el rostro del león y configure su propia efigie. El rostro actual de la Esfinge se le atribuye a Kefrén sin embargo se han realizado cuidadosas comparaciones de sus rasgos físicos con otras representaciones disponibles y definitivamente no lo es. No aparece en la Esfinge ningún tipo de inscripción, lo que significa que nadie sabe exactamente a quien corresponde ese rostro, sin embargo muchos le atribuyen a un dios egipcio, en los tiempos donde no habían comenzado los reinados de los faraones. A ese tiempo se le llamo Tep Zepi, cuando los dioses gobernaban. Me inclino por la hipótesis del león completo. Por último, otro misterio que sobrecoge a los investigadores se refiere a la posible existencia de cámaras secretas y túneles bajo la superficie de la Esfinge, inclusive se dice que los túneles conectan la estatua con las pirámides.

Otra interesante propuesta surge a partir de esta idea y es que no solo túneles horadan el subsuelo donde están emplazadas las construcciones de Giza sino que además existe una biblioteca enterrada allí donde se guardan documentos que contienen la Historia de la humanidad a la que se le da el nombre de Salón de los Registros. Son leyendas, dicen los ortodoxos y puede que lo sean porque no se cuenta con las evidencias que exige el método científico para confirmar la hipótesis, no obstante, no hay razón válida para despreciar o ridiculizar la conjetura al fin y al cabo iguales argumentos se presentan en relación con el enigma de la Cueva de los Tayos, del que se habló con anterioridad. Por fantasiosa que sea la idea de las cámaras subterráneas debería aplicarse, como mínimo, el beneficio de la duda pero los distintos gobiernos de Egipto fieles lacayos de los amos del mundo decidieron prohibir cualquier tipo de exploración o indagación mediante equipo electrónico en la Meseta a partir del momento que unos osados investigadores detectaran, mediante el método de resonancia acústica que efectivamente bajo el monumento hay cavidades. Próximo capítulo: Otras construcciones en Egipto

 
 
 

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Jaime Vergara Jaramillo, economista de profesión, humanista por vocación. Desde hace 25 años dedicado a la investigación de las conspiraciones históricas que han mantenido sumido al ser humano en la más abyecta ignorancia en cuanto a los acontecimientos determinantes de su historia y evolución de su conciencia. Contamos con un grupo de jóvenes exploradores de los misterios de la humanidad, así mismo, con corresponsales de distintos países de Latino américa y España. El director del presente blog es autor del libro: Conspiraciones Históricas, interesante recorrido por el planeta mostrando enigmas de la historia que la ciencia ortodoxa oculta intencionalmente.

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