3.6. Las piedras de Ica- Perú
- Jaime Vergara J
- 13 dic 2016
- 7 Min. de lectura
Perú es una verdadera caja de sorpresas, encierra misterios que ponen a volar la imaginación por su complejidad histórica y los miles de hallazgos que día a día van desvelando otras historias de pueblos de viejas datas que así como han aparecido se han desvanecido en inmemorables tiempos de donde hoy alcanzamos escasos recuerdos de mitos y leyendas que han perdurado y conservado por la tradición oral en la memoria histórica de sus pobladores.

Y es así ya que no se conocen muchos indicios escritos que nos permita indagar cómo vivieron esos pueblos, qué los motivó a levantar sus espléndidas construcciones de piedra, cómo lograron extraer, transportar y acomodar miles de bloques con una precisión inigualable.

Se tiene un conocimiento muy exiguo de ese maravilloso país y las pocas pistas registradas son tardías, apenas en el siglo XVI se conviene por los cronistas españoles intentar reconstruir su historia que, desde luego no deja de estar apestada del subjetivismo religioso y cultural de los conquistadores en la pluma de clérigos en la mayoría de los casos. No fue la escritura su fortaleza, no hay huella alguna que nos clarifique sus logros arquitectónicos y por lo que se puede apreciar en un majestuoso entorno salpicado de misterio solo la interpretación comedida rinde cuentas de su remota historia.
El imperio Inca se erige en el siglo XIII ddC como por arte de magia y desaparece en el siglo XVI por acción de 170 hombres liderados por el conquistador Francisco de Pizarro que redujeron a la nada, sin más ni más a 12 millones de indígenas. Este dato no puede ser jamás aceptado ni por el sentido común de una mediana inteligencia, aunque se repique una y otra vez que los invasores estaban suficientemente apertrechados para aniquilar a los nativos. Así manejan la historia los llamados eruditos sin dejar lugar a otra posibilidad de acercarnos a la verdad.
Los nuevos hallazgos arqueológicos desmienten con fundamento este amañado relato y con tecnología moderna, los investigadores llegan a conclusiones sensatas que ni los Incas son responsables de la construcción de monumentales edificaciones ni la fecha dada como inicio del imperio es correcta. Pero en su momento demostraremos esta suposición.

Los incas o los pueblos anteriores a ellos no contaron con escritura, sin embargo dejaron un rastro en piedra de figuras que nos hablan de otra realidad, fantasiosa diría unos, inadmisible otros, pero ahí están, desafiando la razón.
Las piedras
Es el Javier Doctor Cabrera Darquea el protagonista de esta historia quién en 1966 recibió la primera piedra labrada de un amigo con una imagen de un raro pez (hoy extinto).

El Doctor se interesó mucho y le pidió a su amigo que le consiguiera más ya que le llamaba mucho la atención los grabados de la primera piedra. El hermano de su amigo, dedicado a excavaciones no autorizadas encuentra en el desierto Ocucaje a 300 kilómetros al sur de Lima cientos de estas piedras de diversos tamaños y el Doctor las recibía gustoso porque comenzó a entender que estaba compilando un verdadero tesoro.
No se sabe con exactitud el número de ´piedras encontradas, aunque si se tiene la certeza que Cabrera coleccionó unas 11.000 en su casa, sin embargo han aparecido miles de ellas de procedencia desconocida que andan dándole la vuelta al mundo lo que hace suponer que estamos ante un claro evento de falsificación.
No es posible determinar con precisión su edad, la piedra en sí no se data pero por asociación con el entorno se puede llegar a una aproximación, por ejemplo la presencia de material orgánico contiguo o por los vestigios de carbonatos que se adhieren a la piedra. Además, hay uno suceso que atenta contra cualquier constatación de edad de cualquier objeto y que anteriormente ha quedado claro: la indiferencia de la ciencia ante estos incómodos hallazgos.

Una de las piedras encontradas por investigadores españoles estaba revestida de un tejido y enterrada en el caluroso desierto de Ocucaje. Se dató el material por el método de radiocarbono y el resultado que se arroja es insólito: 1.300 años; en otros casos donde se asocian los carbonatos, por el mismo sistema nos habla de 90.000 años de antigüedad.
Las piedras
Son muchas, además contienen diversos temáticas, no obstante con el fin de ordenarlas para su mejor comprensión, las catalogamos en 4 aspectos:
Astronomía.
Los personajes que aparecen en todas las piedras muestran siempre una misma topología, resulta del todo intrigante que a diferencia de otras manifestaciones culturales de otras regiones del planeta donde se personifica al hombre con realismo en nuestro caso los seres son más bien caricaturescos; nariz encorvada y prominente, ojos trazados con rasgos infantiles y solo cuatro dedos en sus manos. Usan siempre gorros, unas veces de dos picos, otras de uno solo, siempre están ataviados de taparrabos pero en sus pies se insinúa cierto calzado cerrado (los nativos usaban sandalias)
En la primer foto un hombre mira al cielo con un catalejo (aparato que se descubre en el siglo XVI) a lo que pareciera ser un meteorito que estuviera cayendo. En la foto contigua una figura cosmogónica que incorpora estrellas y el símbolo del caduceo.
Medicina

Es una de las temáticas más recurrentes en el mosaico lítico de Ica, desde operaciones a corazón abierto, transfusiones de sangre y cesáreas hasta trasplantes de órganos, inclusive de cerebros. En la primer imagen diera la impresión que los “cirujanos” operan en estado de ingravidez, flotando y manipulando su instrumentación.
Geografía
Esta imagen no del todo resulta nítida más si bastante representativa en especial para los infatigables buscadores de los misterios de la antigüedad ya que en ella se traza el continente americano en el centro y a lado y lado dos masas de tierra que sugieren dos continentes desaparecidos: Mu a la izquierda y Atlántida a la derecha.
Dinosaurios

Asumiendo la antigüedad de las piedras en 1.300 años no hay razón para que alguien lograra imprimir la fisonomía de los enormes dinosaurios ya que solo hasta el siglo XIX se confirma su forma externa. Pero esto no lo es todo, en muchas de las piedras aparecen hombres conviviendo con los gigantes del período Triásico, que asoman en nuestro planeta hace unos 231 millones de años! En algunas escenas hombres con hachas atacan a los saurios y en otras se muestra cómo un animal devora a un ser humano.
Conclusiones
Que la falsificación con propósitos comerciales de estos objetos haya sucedido es probable, sin embargo, cabe preguntarse cuál pudiera ser el interés cultural de semejante engaño? A quien se le podría ocurrir inventar una historia tan disparatada combinando, dinosaurios, procedimientos quirúrgicos, cartas geográficas, telescopios y otros motivos menores que no se incluyeron aquí en un “collage” anacrónico de eventos imposibles?
De aquí surge una inquietante duda de orden técnico para lograr aclarar el supuesto ardid: con qué tipo de herramientas pudieron labrarse las piedras? Si suponemos con la confianza que se merece el Dr. Cabrera que fueron elaboradas hace más de 1.000 años en dicha época no se conocía ningún metal en América con excepción del oro, material que solamente fue utilizado para confeccionar objetos de culto, nunca como utensilio para usar en tallado de piedra.
Los surcos de la talla muestran una nitidez de trazo impecable como si fueran sido elaboradas con un algún instrumento eléctrico manual como una fresadora que bien pudiera tener una fina punta de diamante o de piedra de mayor densidad. Que los antiguos egipcios hayan usado este aparejo para la creación de los fantásticos jeroglíficos sobre el duro granito es una hipótesis nada despreciable si se tiene en cuenta que dicha civilización debió conocer la electricidad.

En Ollantaitambo, Sacsayhuaman y Machu Pichu en el mismo Perú se deja abierta esa posibilidad para poder explicar con mayor sensatez los cortes tan perfectos de los gigantescos sillares que componen las ciclópeas construcciones que aun hoy en día sorprenden a todo el mundo.
Otra explicación más suspicaz del procedimiento utilizado nos puede llegar desde Costa Rica, donde los nativos afirman que en la confección las esferas de piedra se usó un líquido ablandador proveniente de alguna planta no clarificada. De esta manera si resultaría razonable despejar el enigma aunque requerimos las evidencias que confirmen tal original propuesta.
Los dinosaurios
Triceraptus, tiranosaurios, estegosaurios, iguanodontes, además de especies de peces ya extinguidas se aprecian en la lítica colección de lo desconcertante, lo inquietante, de este extraño mosaico más que absurdo, impensable. Y si le agregamos la interacción de estos terroríficos lagartos con seres de carne y hueso en feroces luchas por la sobrevivencia?


Aquí el pobre Darwin queda en ridículo, la paleontología mostraría su más abyecta ignorancia, la historia no sería más que una infantil fábula. Los gigantes prehistóricos desaparecen hace 65 millones de años y el sapiens con capacidad de raciocinio, apto para expresar sus habilidades artísticas emerge tan solo hace 40.000 años. Quién pudo haberlos dibujado hace 1.000 o más años aun cuando las primeras imágenes basadas en restos encontrados solo se logran en el siglo XIX?
Quizá sea una simple casualidad o producto de un deliberado “fraude”, como sucedió con los crops circles a los que se le dedicará un capítulo especial, donde los medios de comunicación se apresuraron a destacar en sus titulares a un par de ancianos aplastando burdamente las espigas de trigo de una plantación para elaborar una figura grotesca como prueba irrefutable de que estas complejísimas figuras que ya suman miles desde su aparición a finales de los años 80 del siglo XX hasta la fecha y que aparecen por todo el planeta sean producto de una broma senil.
Y por si fuera poco la casuística de dinosaurios como representación artística (o sea humana) no es únicamente un privilegio del Perú, en México y Cambodia también saltan a la vista nuevas evidencias íntimamente relacionadas, que serán analizadas en el próximo oopart.
Fuere lo que fuere, las piedras de Ica están ahí en el museo del Dr. Cabrera, desafiando a inexpertos y eruditos, dejando perplejos a científicos que no se atreven o temen facilitar argumentos sólidos que revelen los misterios que encierran las piedras de Ica. De nuestra propuesta original se desprende que desacreditar los ooparts es en sí una práctica común de la Elite que no debe impedir la profundización de las investigaciones independientes, porque no hay otra forma de hacerlo, para demostrar que detrás de la historia oficial muchos eventos están siendo encubiertos.

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